En nuestro anterior artículo dedicado a las ventajas de la creación de un holding entre pequeñas empresas mencionábamos las ventajas fiscales con las que se iban a encontrar quienes dieran este paso. Ahora bien, no son las únicas ventajas que demuestran lo acertada que puede llegar a ser esta decisión. Vamos a seguir añadiendo en este artículo argumentos a favor de esta manera de organizar las empresas.

En esta ocasión vamos a prestarle atención a los casos de sociedades familiares que todavía no han descubierto las ventajas del holding.

Una situación frecuente en la que nos podemos encontrar con planteamientos poco eficaces para la gestión empresarial se da en sociedades familiares en las que los diferentes miembros han puesto en marcha empresas, que pueden desarrollar su actividad en sectores complementarios, pero que a la hora de invertir los beneficios procedentes de alguna de las sociedades en otras, nos vamos a encontrar con que las posibles soluciones tienen una carga fiscal demasiado importante, ya sea que se realice esa inversión mediante un préstamo o por incremento del dividendo para conducir la inversión a una de las sociedades.

Cuando una relación entre sociedades no está regulada correctamente, de tal manera que anteponemos los vínculos familiares a los intereses empresariales, los problemas no tardan en aparecer. La creación del holding permitirá que se diseñe un protocolo familiar para regular la relación entre los socios.

La gestión centralizada y profesional del holding ayudará a incrementar la esperanza de éxito de las empresas familiares que, en demasiadas ocasiones, ya sea por conflictos originados en procesos sucesorios o porque esos conflictos se produzcan por la falta de rigor en la gestión, se puede incrementar el malestar entre familiares, que entorpece y dificulta la correcta marcha de las sociedades.

La incorporación de las nuevas generaciones, que puede ser muy conflictiva en las sociedades familiares, se podrá realizar de una manera más ordenada y menos conflictiva en un holding ya que al centralizar la gestión no nos encontraremos con ramas familiares que intenten tomar decisiones sobre parte de las sociedades al margen de los intereses comunes.

A pesar de todo las familias demuestran que los asuntos personales siempre terminan apareciendo. Para evitar que la toma de decisiones quede bloqueada por el veto entre familiares con asuntos personales pendientes de resolver, en el holding las decisiones se pondrán en marcha al aprobarlas por mayoría simple.

No es menos importante la mejora de la imagen del holding frente a los clientes, bancos o posibles inversores. La fortaleza de un holding, que puede compensar las pérdidas de alguna de las sociedades con los beneficios de otras, o que disponga de una dirección profesional, son argumentos que jugarán en su favor.