Ante la aparente facilidad de elaborar una factura nos encontramos, en la práctica, que se producen frecuentes errores, como ya vimos en el artículo anterior dedicado a las facturas rectificativas con las que conseguimos solucionar esos contratiempos.

Pues bien, con las autofacturas es la empresa destinataria de los servicios, o productos comprados, quien se encarga de realizar las facturas. No puede olvidarse de que las autofacturas no eximen al proveedor de sus obligaciones fiscales.

Estas autofacturas es común encontrárselas en operaciones de compra de oro, en procesos concursales, en la ejecución de obras, etc. También son frecuentes en la relación que se establece entre pequeñas empresas, o profesionales independientes, que ofrecen sus servicios para grandes corporaciones, como suele ser el caso de Google o Amazon.

👉 Requisitos para hacer autofacturas

Las empresas implicadas deben de llegar a un acuerdo de los casos en los que se van a realizar estas autofacturas. Ese acuerdo debería de quedar por escrito.
El destinatario que llegó al acuerdo mencionado debe de estar informado de que se va a autofacturar y debe de dar su aprobación de estas facturas. Además, la Agencia Tributaria también debe de estar informada y debe de haber dado su consentimiento.
Quien elabora la autofactura está obligado a enviársela al prestador del servicio, o vendedor.

👉 Cómo se crea una autofactura

– El formato utilizado es como el de una factura normal, con la palabra Factura y no autofactura, pero sí que aparecerá reflejado “factura por el destinatario”.
– Se utilizará una numeración diferente a la empleada en las demás facturas.
– Se emiten a nombre de quien ofrece el servicio o realiza la venta.

👉 Qué ventajas ofrecen las autofacturas

– Se eliminan los tiempos de espera para recibir facturas, pues es el destinatario de los servicios, o ventas, quien puede crear la factura sin tener que solicitarla. Por lo tanto sería una ventaja para quien las elabora.
– Se tiene un completo control sobre el contenido de cada factura, los conceptos, y el total a facturar. De nuevo es una ventaja para quien realiza las autofacturas.
– Quienes se liberan de tener que hacer facturas reducen el esfuerzo administrativo que esa tarea les supone.
– Se mejora la satisfacción de los clientes ya que tienen un mayor control sobre las facturas y esto facilita también cualquier auditoría.
– Al tener documentación precisa de cada operación realizada se producen menos errores ya que el emisor conoce mejor los detalles de las transacciones.