Aunque no es lo que se desea por ninguna de las dos partes, en ocasiones, la empresa y el trabajador deciden ponerle punto y final al contrato laboral que les unía. Para llegar a esa situación pueden darse determinadas circunstancias, tales como que sea el empleado el que no desee seguir en su puesto o el que la compañía proceda a no renovarle por causas improcedentes.

Sin embargo, también puede suceder que la entidad opte por despedir al trabajador por motivos totalmente justificados. Y precisamente sobre estos nos preguntan mucho nuestros clientes en Cepresa, asesoría con sede en El Plantío (Majadahonda).

Ante sus dudas, los expertos, con experiencia y debidamente titulados que contamos en plantilla, les ofrecen todo el conjunto de motivos que son pueden ser causa de despido como establece la legislación vigente:

  • La incapacidad del empleado para poder llevar a cabo la realización de sus tareas.
  • La tendencia del citado individuo a practicar absentismo. En concreto, se hablará de absentismo cuando las faltas de asistencia al trabajo, aunque estén justificadas, superen durante dos meses consecutivos el 20 % de lo que es el conjunto de las jornadas hábiles. De la misma manera, también se puede optar por el despido cuando esas citadas faltas suponen el 25 % durante cuatro meses alternos en el plazo de un año. No obstante, hay algunas situaciones que no se engloban como absentismo y que te explicamos en un artículo anterior. Léelo aquí.
  • Cuando la empresa en cuestión, acreditándolo, deje constancia que está atravesando una situación realmente complicada que le ha llevado a entrar en pérdidas o incluso lleva ya tres trimestres bajando notablemente los ingresos.

De la misma manera, a esta lista de motivos justificados para proceder a finalizar el contrato del trabajador hay que añadir otras. Nos estamos refiriendo a las que se enmarcan dentro de lo que se da en llamar despido por causas disciplinarias:

  • Ha abusado de la confianza que se le ha otorgado.
  • Ha desobedecido las normas existentes.
  • Manifiesta una clara falta de disciplina en el trabajo.
  • Presenta faltas de asistencias sin justificar o en repetidas ocasiones ha acudido impuntualmente y sin justificación ninguna.
  • Ha cometido ofensas a sus compañeros o superiores.
  • También se considera causa justificada el que haya realizado acoso, sea del tipo que sea, a alguno de sus compañeros o superiores.
  • Ha acudido a su puesto de trabajo en condiciones de embriaguez o bajo los efectos de cualquier otra droga.
  • Ha reducido de manera clara su rendimiento en el trabajo de forma voluntaria.