Si te encuentras al frente de una empresa se puede dar la circunstancia de que necesites contratar a un trabajador. Muchas son las opciones que tienes al respecto al alcance de la mano, y entre todas esas hay una por la que apuestan muchas compañías: contratar a un empleado con discapacidad.

En los últimos años se ha producido un notable incremento en la contratación de personas con esa característica, gracias a que se está acabando con ciertos mitos que giraban en torno a las mismas, tales como sus posibles problemas de adaptabilidad, de bajo rendimiento e incluso de poca productividad.

Ahora se está trabajando mucho en concienciar a la sociedad de que quien tiene una discapacidad puede desarrollar su labor en una empresa de manera impecable. Esto unido al importante número de ventajas de las que se puede beneficiar la compañía es el que está permitiendo que cada vez más se esté procediendo a insertar en el mercado laboral a quienes se presentan con algún tipo de discapacidad.

Es más, hay que tener en cuenta que la LGD (Ley General de Discapacidad) establece que las empresas con más de 50 trabajadores, deben incorporar a sus plantillas un 2 % de empleados con discapacidad.

Si tú te estás planteando ahora proceder a contratar a un empleado de esas características, sigue leyendo. A continuación, desde Cepresa, asesoría de Madrid con sede en El Plantío (Majadahonda) te vamos a dar a conocer todos los datos que necesitas tener en cuenta al respecto.

Proceso para contratar a un trabajador con discapacidad

Para comenzar es importante que seas consciente de que el trabajador que desees contratar debe tener un grado de discapacidad de, al menos, el 33%. Grado que, por supuesto, tiene que tener reconocido por la autoridad competente.

No obstante, también es importante que estuviera inscrito el trabajador en el Servicio Público de Empleo y que no hubiera tenido relación con la empresa en los 24 meses anteriores.

Partiendo de esto, deberás elegir el tipo de contrato que le vas a realizar (indefinido a tiempo completo, indefinido a tiempo parcial, temporal a tiempo completo, temporal a tiempo parcial, en prácticas, por formación, de interinidad…).

Por supuesto, ese contrato debe realizarse por escrito. Además, es necesario que tengas en cuenta que, en base al tipo de contrato que le realices, podrás beneficiarte de unas ventajas fiscales u otras. Así, por ejemplo, cuando se trata de contratos indefinidos o parciales, la compañía puede beneficiarse de la bonificación del 100 % de las cuotas a la Seguridad Social o de subvenciones para adaptar el puesto de trabajo e incluso, por ejemplo.

Eso sí, para que la compañía pueda disfrutar de esas ventajas es necesario que cumpla con sus obligaciones tributarias y de Seguridad Social, que al darle de alta al trabajador se adjunte su certificado de discapacidad o que se comunique convenientemente al Servicio Público de Empleo.

Ventajas de contratar a un trabajador con discapacidad

Como ya has podido leer, es importante tener en cuenta que contratar a un empleado con discapacidad es algo realmente beneficioso para la empresa. En concreto, entre las ventajas más notables podemos señalar las siguientes:

  • A nivel económico, como ya hemos señalado, la compañía disfrutará de bonificaciones y ayudas de diversa tipología. Estas pueden ser no solo a nivel estatal sino también autonómico.

  • Se estará apostando por la diversidad dentro de lo que es la empresa. Esto supone no solo enriquecimiento a nivel personal de todos los que la integran sino también desde un punto de vista corporativo, es decir, que se mejorará lo que es el ambiente laboral.

  • Se logrará, de igual modo, que la compañía mejore su imagen de cara a la sociedad. Y es que se alabará el que apueste por contribuir a conseguir un mayor nivel de igualdad de oportunidades y por dejar de lado la exclusión. Es decir, comenzará a identificarse con valores como igualdad, tolerancia, respeto, compromiso y diversidad.

  • No menos relevante es el hecho de que darle trabajo a una persona con discapacidad supone conseguir mejorar la calidad de vida de la misma y también su autoestima y confianza. Se sentirá más independiente, más valiosa.

  • De la misma manera, no hay que pasar por alto el hecho de que es habitual que los trabajadores con un grado de minusvalía del 33 % o más es frecuente que se especialicen en una tarea concreta dentro de la empresa. Eso traerá consigo que se conviertan en profesionales cualificados en una labor importante que contribuirá a mejorar el rendimiento y productividad de la compañía. Es más, se considera que ese empleado mostrará una enorme fidelización con la citada, por la oportunidad que le ha brindado.

Estos son los aspectos más importantes que te merece la pena conocer en cuanto a contratar a un empleado con discapacidad. Tenlos en cuenta y piensa si es una alternativa que quieres hacer realidad en tu negocio.

En Cepresa asesoramos a las empresas que tenemos como clientes en una enorme variedad de asuntos laborales, fiscales, legales… con la finalidad de que se beneficien de todas las ventajas que pueden tener a su alcance, y al mismo tiempo eviten caer en errores que no les beneficiarán.