Una grave situación de insolvencia, que no se pueda o no se quiera transferir el negocio o el deseo claro de no querer continuar con él, son algunos de los motivos que pueden llevar a una persona a tomar la decisión de liquidar el citado negocio.

Aunque se tiene claro que se desea dar ese paso, cabe la posibilidad de que quienes están al frente del mismo no sepan cómo acometer el proceso de liquidación mencionado.

Que se esté en el punto final de la aventura empresarial de la sociedad que se puso en marcha no quiere decir que se pueda acabar con ella de cualquier manera. Existen una serie de reglas que hay que cumplir:

  • Lo primero que hay que tener en cuenta es que debe de existir un acuerdo de todos los socios, que se establecerá en una Junta General. Eso sí, para acometer la liquidación no deben existir casos de trabajadores a los que se les adeude dinero ni tampoco a socios y de la misma manera tampoco deben existir acreedores externos. Y es que si los hubiera primero habría que saldar cuentas con ellos.

  • Después, se procederá a elegir a los liquidadores que se encargarán de todo el proceso. Estos pagarán deudas, realizarán el inventario pertinente, tendrán en sus manos la contabilidad y se encargarán de proceder a redactar el Balance Final.

  • Además, esos profesionales tendrán que repartir lo que es el patrimonio resultante entre los socios. Ese reparto, al igual que el citado balance, debe ser aprobado en otra Junta General.

  • Una vez llegados a ese punto, los liquidadores tendrán que dejar constancia ante un notario de los acuerdos que se han adoptado en cuanto a la liquidación y disolución del negocio. Se hará mediante lo que es una escritura pública y luego procederán a pagar los impuestos correspondientes por el trámite y la inscripción del mismo en el Registro Mercantil.

Estas son las pautas que hay que tener en cuenta para conseguir liquidar, disolver y extinguir el negocio en cuestión. Ante cualquier duda, o ante la necesidad de contar con el asesoramiento de manos expertas para realizar la liquidación de la forma correcta, nada mejor que disponer del respaldo de Cepresa.