Como ya mencionamos en el anterior artículo dedicado a las fusiones de empresas, la sociedad resultante adquiere todo el patrimonio de las sociedades que decidieron avanzar en esa unión, así como sus derechos y obligaciones.

Ahora bien, cuando varias empresas deciden fusionarse se inicia un proceso en el cual ninguna de ellas tiene plenas garantías de que se podrá completar con éxito, y ni siquiera conocen inicialmente si esa fusión conducirá a la situación esperada, pues es posible que no todas las empresas tengan los mismos objetivos, y por lo tanto sus planteamientos de lo que debe de ser la nueva sociedad difieran de manera notable.

Por lo tanto, un primer paso a dar es que se defina con claridad lo que se pretende conseguir con la fusión de las empresas.

En el artículo anterior ofrecimos razones por las cuales puede ser beneficioso que se ponga en marcha una fusión, por ejemplo, para reducir ineficiencias y como consecuencia mejorar resultados, para conseguir una mayor cuota de mercado, para aprovechar ventajas fiscales… pero todos estos planteamientos es necesario verificar que efectivamente pueden materializarse de la manera esperada y que las diferentes sociedades puedan confluir en unos objetivos comunes. Esto quiere decir que son los administradores los que tendrán que pronunciarse en esta primera fase.

Al anterior primer paso de puesta en común de intenciones le sigue una segunda etapa en la que se pone en marcha un proceso de investigación para comprobar que todas las empresas que se van a fusionar van a aportar lo que de ellas se espera. Queremos descartar que cualquier empresa introduzca situaciones de riesgo inesperadas, y en cualquier caso, lo que se desea conocer es la situación real de cada empresa que va a formar parte de este proyecto.

Necesitamos conocer los balances, la situación fiscal, laboral… de cada sociedad, y en definitiva, lo que se pretende es que se pueda conocer con la mayor exactitud posible qué resultará de la fusión.

En este apartado en Cepresa contamos con unos servicios especializados de *auditorías fiscales y *auditorías laborales que son de gran ayuda para tener ese conocimiento de la situación real de las sociedades.

Llega el momento de realizar una *planificación fiscal y mercantil en la que se busca minimizar y diferir la carga tributaria estableciendo estrategias de ahorro en el Impuesto de Sociedades, y de la misma manera estudiaremos cuáles pueden ser los planteamientos que más puedan beneficiar a la nueva sociedad en impuestos como el IVA, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales o plusvalía municipal.

Al completar cada una de las fases anteriores garantizamos que en esta nueva etapa que ahora se inicia los riesgos ante lo inesperado sean menores. Necesitamos poner en marcha la fusión con la inscripción en el Registro Mercantil y elaboramos los proyectos mercantiles que deberían de ser aprobados por todos los socios y que garantizarán que el funcionamiento, ya integrado de las diferentes empresas, se producirá de la mejor manera posible atendiendo a unas nuevas normas.

No menos importante es la fase en la cual, debido a la fusión, se van a poner en marcha nuevas maneras de gestionar la sociedad, o incluso se va a materializar en inevitables *despidos de trabajadores la buscada fortaleza de una producción a un coste menor. Aunque puede ser una etapa conflictiva, sobre todo en el terreno laboral, bien gestionada tendrá como resultado el logro de los objetivos iniciales.

En asesorías como Cepresa ofrecemos un servicio integral para sociedades que desean fusionarse y quieren culminar con éxito este proceso.