Aunque el título puede parecer equivocado, pues por lo general lo que se suele mencionar con más frecuencia son los pasos que hay que dar para despedir a un trabajador conflictivo, no siempre nos encontramos con casos extremos en los que hay que dar por perdido al trabajador y sin más remedio la única salida inteligente es echarlo de la empresa.

En bastantes más ocasiones nos podemos encontrar en el proceso inicial en el cual el trabajador empieza a tener un comportamiento inadecuado, pero todavía no ha ganado la confianza suficiente con su actitud como para querer imponerla en su empresa.

Sin duda que las consecuencias de mantener a un trabajador que genera conflicto son malas, tanto a corto, como a largo plazo, pues sus impertinencias, altanería, comportamiento dominante, agresividad… van a conducir a que, dependiendo del puesto de responsabilidad de ocupe, se vean afectados más o menos trabajadores que puedan estar a su cargo o que se relacionen con él.

En los casos extremos, lo mejor es no darle nuevas oportunidades, y plantearse su despido, pero son más frecuentes los comportamientos que no llegan a ser inaceptables, pero que cuando se van sumando pueden llegar a ser muy molestos.

Vamos a ver, en esos casos, cómo reconducir el comportamiento de un trabajador que puede llegar a ser conflictivo:

  • Con los trabajadores hay permitir que exista una actitud comunicativa que permita que ellos ofrezcan sus puntos de vista y puedan identificar lo que consideran que no funciona bien, o que les perjudica, pues en caso contrario, si impedimos esa libertad de comunicación estaremos arriesgándonos a que se incremente la frustración en los trabajadores.
  • Cuando identifiquemos un comportamiento inadecuado, hay que atajarlo al momento, rechazando en el trabajador lo que no se considera aceptable en la empresa. Hay que hacer esto sin caer en humillaciones.
  • Si el trabajador reincide en su comportamiento tenemos que recurrir a sanciones, pero al mismo tiempo debemos de averiguar si su comportamiento se debe a algún tipo de insatisfacción creada dentro de la empresa.
  • Es conveniente revisar si los trabajadores pueden verse afectados por la desmotivación, tal vez por una mala política de promoción interna, pues en ocasiones ahí puede estar el origen de actitudes problemáticas.
  • Al trabajador hay que explicarle cuáles son las consecuencias de su comportamiento, y el daño que está causando, procurando que se intente justificar para rebatir sus argumentos. Una vez que no tenga justificación posible, se le invitará a que cambie de actitud apoyándole en los posibles éxitos que se presenten, para que el trabajador se encuentre bien valorado ante su cambio.
  • No pretenda que el cambio de actitud se produzca en cuestión de minutos, pero establezca plazos para que el trabajador reoriente su comportamiento. Tal vez asignándole un nuevo cometido, o puesto, dentro de la empresa y dándole la oportunidad para que en un plazo de tiempo que el trabajador conozca, se produzca ese cambio.
  • Resulta muy positivo recurrir a una empresa externa que se encargue del departamento de recursos humanos. Pues en estos casos serán capaces de tratar con más objetividad lo que suceda con el trabajador. En Cepresa ofrecemos este servicio y estamos a su disposición para informarle al respecto.