Aunque se puede creer que poner en marcha una sociedad con otra persona puede ser más fácil, en tanto en cuanto las tareas se dividen entre dos, no siempre sucede así. Con esto nos referimos a que a la larga y, sobre todo, en situaciones de conflicto puede ser todo mucho más complicado de abordar.

Por lo tanto lo que se busca es evitar que se llegue a una situación conflictiva que quede estancada sin una solución fácil e inmediata. Teniendo en cuenta esto lo que se puede aconsejar en el caso de las sociedades formadas por dos personas es lo siguiente:

-Es importante tener en cuenta que el hecho de que cada uno tenga el 50% puede ser muy conflictivo si se llega a un punto en el cual cada cual desea forzar una decisión que le favorezca y que al mismo tiempo sea contraria a la propuesta del otro socio. Claro, porque no se podrían resolver, habría un bloqueo si no se llegase a un acuerdo al tener las dos partes el mismo peso. Para evitar llegar a ese punto, es conveniente que ante la puesta en marcha de la sociedad se opte por una herramienta para solventar complicaciones si existieran:

  • Que una de las dos partes cuente con lo que se conoce como participaciones de voto plural, es decir, dos votos en lugar de uno.

  • Que exista un tercer socio. Este sería suficiente que tuviera un 2 %, por ejemplo, pues, al fin y al cabo, lo que haría, sobre todo, sería “desempatar” ante las situaciones de conflicto.

-De la misma manera, es importante establecer que otra manera de evitar esos conflictos que pueden aparecer con el paso del tiempo sería redactar, fuera de los estatutos de la sociedad, lo que se conoce como pacto de socios. En el mismo se vendrían a establecer herramientas para solventarlos tales como hacerse con los servicios de un auditor o elegir a un tercero de manera consensuada para que decida.

A grandes rasgos, estas son las principales recomendaciones para quienes tienen la intención de darle forma a una sociedad al 50% con otra persona. No hay que olvidar tampoco que inicialmente la predisposición de los socios, y la confianza mutua, puede ser total y aparentemente inquebrantable, pero el paso del tiempo puede ir cambiando esa actitud, y la aparición de problemas o de incidencias en las que queden de manifiesto posturas encontradas, pueden dar lugar a conflictos que pueden dañar el normal funcionamiento de la sociedad.

Todo lo que se pueda prever por adelantado, estableciendo por escrito la manera de proceder, será de enorme ayuda para evitar estancamientos en situaciones que no generarán un buen ambiente.