Una de las consecuencias que ha tenido la pandemia del coronavirus es que, al haberse producido un exceso de mortalidad, que en no pocos casos sucedió de manera inesperada, en pocos días o semanas desde que esas personas enfermaron, se han acumulado herencias para la que los herederos no estaban del todo preparados.

Creer que una herencia siempre va a ser bien recibida porque, de una u otra manera, va a suponer un enriquecimiento es un error que queda demostrado con lo que está sucediendo en los pasados meses. Entre marzo y noviembre del año pasado más de 30.000 personas rehusaron quedarse con el patrimonio que habían recibido.

En ocasiones esas herencias llegan cargadas con deudas, pero en otras lo que se teme son situaciones conflictivas entre familiares que nunca se van a llegar a poner de acuerdo con bienes compartidos. Si bien una herencia muy pequeña puede llegar a rechazarse, no sería esa una buena solución para las que incluyen bienes con un valor elevado.

Por lo tanto, en lugar de desentenderse de la herencia los derechos hereditarios se traspasan a una tercera persona que se encarga de explotarlos. No se trasmite la condición de heredero, pero tras el fallecimiento de la persona que causa herencia se pueden vender esos derechos.

Los motivos para vender una herencia

Por lo general hay dos motivos que mueven a las personas a querer vender una herencia:

  • Que se guarde muy poco afecto por lo heredado, ya sea porque se reciba de un familiar lejano, o porque se guarden malos recuerdos y no se desee relación alguna con lo que se recibe.
  • Que la previsión ante desacuerdos y malas relaciones con los familiares hagan temer que la herencia se convierta en una fuente de problemas y nuevos conflictos.

Los trámites

Aunque cada Comunidad Autónoma tiene su propia regulación, pero por lo general lo que vamos a necesitar es lo siguiente:

  • El certificado de defunción, el certificado de últimas voluntades y una copia del testamento. El heredero podrá solicitar estos documentos en el Registro Civil.
  • Se tendrá que redactar una escritura donde se identifican el vendedor y el comprador, y en la que como datos fundamentales tendrán que aparecer la cesión del derecho hereditario, el precio que se vaya a establecer y el método de pago que se utilizará.

Si otro heredero renuncia tras la venta de una parte de la herencia

Puede que no suceda en grandes herencias, pero en las más pequeñas, cuando hay bienes compartidos, puede suceder que un heredero termine renunciando a su parte de la herencia.

Imaginemos el caso de dos hermanos que reciben una vivienda. Uno de ellos decide vender su parte y el otro con el paso del tiempo decide renunciar a la suya. En este caso, ¿quién se quedaría con esa parte a la que se renuncia?

Sería el comprador de la herencia quien se quedaría con toda la vivienda pues lo que compró fue el derecho a la herencia, y en ese sentido no se trata de especificar la compra de determinados bienes, sino que es ese derecho el que le va a permitir quedarse con todo lo que iban a recibir los herederos.

Sin duda la compra de una herencia puede ser un buen negocio pero no hay que olvidar que el comprador asume riesgos que precisamente una parte de los herederos no querían para ellos.