Cuando una persona se convierte en heredero se suele considerar que se va a producir, en mayor o menor medida, un incremento del patrimonio propio. Sin embargo, esto no siempre sucede de esta manera porque la situación del testador pudo ser más complicada de lo que suponíamos ante posibles deudas que pasarán a ser responsabilidad del heredero, quien tendrá que hacer frente a ellas, incluso con su propio patrimonio.

Por lo tanto, antes de aceptar una herencia es aconsejable informarse bien sobre el pasivo, que ciertamente en muchos casos puede ser relativamente pequeño, al estar formado por gastos del funeral y por algún recibo pendiente, pero que en otros puede estar formado por deudas muy importantes que superen, incluso, el activo.

👉 Aceptar o rechazar la herencia
Siempre que, como resultado final, después de hacer frente al pago de impuestos, y también al de alguna posible deuda asociada a la herencia, se obtenga un incremento del patrimonio propio, por pequeño que sea, la aceptación de la herencia es lo más habitual.

En caso contrario, cuando se rechaza una herencia, los motivos pueden ser variados, aunque uno de los más importantes es que las deudas sean tan elevadas que el heredero se viese obligado a liquidarlas con sus propios activos. Otros motivos pueden ser que la herencia sea irrelevante, o que se produzcan conflictos familiares.
Cuando se renuncia a una herencia se puede hacer en favor de otro heredero, que llevaría asociado el pago de unos impuestos, o una renuncia que es gratuita y que no se hace en favor de nadie.

Una duda que puede tener alguien que está valorando renunciar a su parte de la herencia es si realmente no sería mejor aceptarla y después de hacer frente a las deudas quedarse con lo poco que quede de la misma. En estos casos sería interesante considerar la tercera opción que planteamos a continuación.

👉 Aceptar la herencia a beneficio de inventario
Cuando no tenemos certeza sobre el resultado final de restarle a los activos de la herencia el pasivo que tenga asociada, sería interesante considerar la opción a beneficio de inventario, que permitirá que se haga frente a todas las posibles deudas solo con lo que se reciba en la herencia, no con el propio patrimonio.
En estos casos es necesario crear un inventario en el que aparezcan todos los bienes que se heredan.
Ahora bien, si el resultado final queda pobremente a favor del heredero hay que valorar el riesgo de que, de manera imprevista, aparezca alguna deuda, algún impuesto impagado, alguna sanción… que no se había tenido en cuenta.
Además, esta opción a beneficio de inventario es más costosa y compleja. En la creación del inventario hay que contar con profesionales para que no se produzcan errores.
Tampoco hay que descartar que, si el proceso se alarga más tiempo, se pueda producir una pérdida de valor de los bienes heredados, quedando un resultado final peor del esperado.