Con el paso de los años las empresas pueden llegar a una situación que, por diferentes motivos, demuestre que es necesario afrontar una reestructuración, tal vez para reducir riesgos, o para solucionar conflictos internos, o para plantear un crecimiento desde una posición más estable que permita tener más confianza en su futuro. Hay que tener en cuenta que las empresas pueden crecer de una manera un tanto desordenada acumulando con el paso del tiempo todo tipo de excedentes, nuevas propiedades… que pueden ser objeto de inestabilidad.

De hecho, cuando se plantea una reestructuración la empresa puede que esté pasando por una situación complicada, y en caso de no llevarse a cabo es posible que se incrementen las dificultades financieras, o incluso su propia continuidad puede estar en riesgo. Por lo tanto, con estas acciones de reestructuración, que van a depender de qué problemas sea necesario solucionar, por lo general se persigue un ahorro en costes administrativos, el cambio de estrategia comercial, la mejora de la financiación, la separación de negocios que pueden tener poco en común, racionalizar actividades para ganar en eficacia, y en cualquier caso se busca proteger el patrimonio empresarial.

En el terreno del Impuesto sobre Sociedades podemos abordar las operaciones de reestructuración que si cumplen con los requisitos de la normativa tributaria nos situarían ante un régimen especial de tributación. Esas operaciones son las de fusión, escisión, aportación de rama de actividad, canje de valores y aportaciones no dinerarias.

Varias de estas operaciones ya las tratamos en artículos anteriores, donde se podrá ampliar la información que aquí ofrecemos.

En el caso de las fusiones, varias sociedades, ya sea mediante la absorción o por medio de la constitución de una nueva sociedad que adquiere a las que se disuelven, logran esa nueva situación que se considera más ventajosa.

Etapas de la fusión y absorción de empresas: las ventajas

Etapas de la fusión y absorción de empresas: pasos a dar

En ocasiones la solución puede llegar a través de la escisión en varias sociedades, el objetivo también puede ser tener un mayor control en otra sociedad mediante un canje de valores recibiendo participaciones de la nueva sociedad a cambio de entregar participaciones de la sociedad adquiriente, o también se puede recurrir a aportaciones no dinerarias.

A este respecto también puede ser interesante lo mencionado en los artículos:

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Creación de un holding entre pequeñas empresas.

En Cepresa disponemos de profesionales que se pueden encargar de estudiar qué acciones serían las más aconsejables en cada caso. Si está interesado en este tipo de operaciones de reestructuración, póngase en contacto con nosotros y le explicaremos con más detalle qué servicios podemos ofrecerle.