Un plan de gestión y mejora, como su propio nombre ya indica, integra un conjunto de medidas que se planifican y establecen con un claro propósito. ¿Cuál? Hacer posible la mejora del rendimiento de cualquier empresa. Para conseguirlo tenemos que aumentar la calidad de sus servicios o productos, que tienen que convertirse en sinónimo de excelencia empresarial, además se deben de emplear adecuadamente los recursos de los que dispone e incluso se deben de aplicar medicas eficaces que conduzcan a ahorrar costes innecesarios.

Una vez que tiene claro qué es y qué persigue este plan de gestión y mejora, le puede resultar interesante y de gran utilidad conocer los aspectos fundamentales del mencionado plan, en concreto, nos estamos refiriendo a los pilares sobre los que se debe sustentar y son los siguientes:

  • Implicación absoluta de todas las personas que forman parte de la empresa para poder llevarlo a cabo de la manera más precisa, eficaz y exhaustiva.

  • Documentación sobre la situación de la empresa para poder establecer las medidas a desarrollar en pro de la mejora de la misma.

  • Identificación de los obstáculos que puedan existir, o los que se prevé que se puedan presentar, que impidan la mejor continuada en la empresa.
  • Los correspondientes sistemas de evaluación y medición de las amenazas, oportunidades, debilidades y fortalezas. Sin medición no hay manera de valorar el esfuerzo que se requiere de la empresa, ni los recursos que hay que poner disponibles, ni el beneficio que esperamos obtener.

Darle forma al plan de gestión y mejora debe, por tanto, sustentarse en los mencionados pilares para, una vez creado adecuadamente, poder aplicarse. Luego tras su puesta en marcha llegarán las fases de comprobación de resultados y de ajuste de las medidas que se consideren necesarias, en pro de conseguir los objetivos que se han fijado.

En este tipo de planes de gestión es fundamental que exista un ambiente de transparencia en la empresa, o que en su caso se intente reducir cualquier temor de los trabajadores a la hora de identificar procesos poco eficaces o que, a su juicio, sean equivocados.

Se busca que los trabajadores se sientan responsables de sus tareas y se impliquen en el proceso de mejora, sin que se pongan límites, es decir, que en todo momento se puede cuestionar lo que se está haciendo pues nada ha llegado a su punto de perfección.

Reducir la complejidad de los procesos es otro punto que ayudará a que las mejoras lleguen con más facilidad.