Uno de los aspectos más importantes a los que hay que prestar más atención en la empresa es a la siniestralidad. Tener una baja siniestralidad se consigue cuando los trabajadores cuentan con la información, los recursos y las mejores instalaciones, con todo lo necesario para que no puedan sufrir ningún daño durante el desempeño de sus funciones. Al fin y al cabo los empleados son lo más valioso que tiene cualquier compañía.

Si quieres en estos momentos proceder a conseguir esa baja siniestralidad, que te permitirá además acceder a ciertos incentivos, te va a interesar este artículo, porque a continuación te vamos a dar algunos de los mejores consejos para poder alcanzar ese objetivo que te has marcado.

Desde Cepresa queremos que seas conocedor de las mejores recomendaciones en pro del bienestar de tus empleados. Toma nota.

Formación

Como en cualquier otro aspecto de la vida, la principal clave para reducir la siniestralidad es que los trabajadores estén convenientemente formados. Es decir, que reciban cursos de prevención de riesgos laborales, por ejemplo. Y es que de esta manera es como podrán conocer qué precauciones deben tomar durante el desempeño de sus funciones para no sufrir ningún tipo de daño.

Por supuesto, no solo se trata de que reciban esa formación sino también la correspondiente a sus tareas. Es decir, que cuando llegan a la empresa o cuando se estime oportuno asistan a clases específicas que se les ofrezca desde la compañía para orientarles sobre el correcto funcionamiento de la maquinaria hasta los pasos que deben dar para realizar sus labores pasando por las acciones que nunca deben de llevar a cabo.

La información es poder y, en este caso, tener todos esos conocimientos es la llave que necesitan para no correr ningún peligro.

Es más, se considera que es útil y conveniente que, de manera periódica, se “reciclen” sus conocimientos para que así no se les olviden pautas esenciales sobre su labor. Y más aún si existen protocolos específicos por el tipo de trabajo que tengan o por el sector en el que desempeñen las funciones.

Equipos adecuados

Como bien sabrás, otra clave para poder reducir la siniestralidad pasa porque los trabajadores tengan a su disposición el equipo adecuado para realizar sus tareas sin riesgo. Y es que no se debe olvidar que un importante porcentaje de los accidentes laborales que tienen lugar es debido a que no se usaron los recursos existentes para prevenirlos.

En concreto, cuando hablamos de equipos estamos haciendo referencia a los siguientes elementos:

  • Prendas adecuadas. Es decir, los profesionales deben contar con el uniforme identificativo de la empresa que les proteja y que les sea adecuado para llevar a cabo las tareas de las que se encargan. Según el área en el que se encuentren, el tipo de labor que realicen o los materiales con los que trabajen deberán contar con unas prendas de vestir u otras. Eso sí, todas les deben garantizar libertad, comodidad y ningún tipo de peligro.

  • El calzado también tiene que ser el idóneo para el desempeño de sus tareas dentro de la empresa. Así, no será lo mismo, por ejemplo, el que lleve el empleado que se encuentra en el área de administración que el que trabaja en el almacén.

  • Equipos de protección individuales. Cuando se trata de tareas que pueden resultar peligrosas por los materiales con los que se trabaja, por las condiciones en las que se realizan o por las máquinas que emplean deben poseer también equipos de protección. Es decir, deben tener al alcance de la mano desde cascos hasta guantes pasando por arneses, mascarillas, gafas de protección, por ejemplo.

  • No menos relevante es que deben tener al alcance de la mano sistema de alarma del equipo de trabajo.

  • Cuando trabajan, por ejemplo, a cierta altura es fundamental que, además de cascos y arneses, estén dotados con otros elementos de trabajo que, al mismo tiempo, lo son de seguridad. Nos estamos refiriendo, por ejemplo, a mallas, a andamios…

Ni que decir tiene que no solo es necesario y vital que cuenten con todos los recursos necesarios para evitar los accidentes de trabajo sino que es imprescindible que los mismos se encuentren en las condiciones adecuadas. Eso pasa porque los distintos equipos se revisen de manera periódica para ver en qué estado se hallan. Así, si se detectan fallos o problemas en los mismos debería indicarse al encargado pertinente y este proceder a su reparación o sustitución de forma inmediata.

Instalaciones y otras medidas

Dentro del conjunto de consejos que hay que tener en consideración para conseguir una baja siniestralidad, no podemos pasar por alto tampoco que es vital que las instalaciones de la empresa se encuentren en buen estado. Es decir, que no presenten deficiencias que puedan ocasionar daños en el trabajador.

Eso pasa porque no solo por el estado perfecto a nivel estructural de las zonas de trabajo sino también porque todas y cada una de las instalaciones eléctricas, de agua o similares se hallen en las mejores condiciones. Y, como es lógico, en esa misma situación se tienen que encontrar toda la maquinaria que vengan a emplear en sus tareas.

Pero aún hay más. Otras medidas que deben tenerse en consideración para conseguir esa baja siniestralidad son las siguientes:

  • Las instalaciones deben contar con las correspondientes señalizaciones y advertencias en pro de la seguridad de los empleados.

  • Deben estar en perfecto estado y siguiendo las normativas todos los equipos de extinción de incendios que sean necesarios.

  • La maquinaria que se emplee en la empresa debe estar homologada, tiene que contar con sus revisiones establecidas y debe estar sujeta totalmente a la ley.

  • En pro de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, lo recomendable es que desde la empresa se lleve a cabo una evaluación de los mismos. Este trabajo permitirá conocer exactamente dónde pueden correr más peligro los profesionales y así, en base a eso, establecer un plan adecuado que evite daños y accidentes de diversa índole. Y es que no serán las mismas pautas la compañía en la que los trabajadores desempeñen sus funciones con productos químicos que las que hay que cumplir en otra empresa donde los riesgos de los empleados están en relación a la electricidad, por ejemplo.

  • Fundamental es que dentro de la entidad se establezca la existencia de un grupo de empleados que se encargue de la siniestralidad. En concreto, de prevenir accidentes laborales. Ese departamento analizará los riesgos reales, acometerá informes exhaustivos, se encargará de controlar las revisiones de recursos e instalaciones o maquinarias, planteará propuestas en pro de solventar posibles riesgos…

A grandes rasgos estos podemos decir que son los principales consejos que podemos dar en pro de lograr que una empresa pueda bajar su siniestralidad. Ante cualquier duda que tengas, ya sabes que contar con una asesoría como Cepresa puede ser la mejor decisión para ofrecer las mejores soluciones a todos los asuntos laborales, fiscales, contables o jurídicos que afectan a cualquier empresa.