Nos encontramos en mitad de una situación que debe de calificarse como complicada para bastantes empresas pues el periodo de reclusión que se ha impuesto a causa de la epidemia del coronavirus ha conducido, de manera inesperada, a que muchas de ellas tuviesen que cerrar de manera temporal con la inevitable pérdida de ingresos aunque al mismo tiempo se viesen obligadas a hacer frente a diferentes pagos, a proveedores, alquiler de locales, seguridad…

Con este panorama que no va a dejar de ser complicado durante las diferentes fases de desescalada, y que ni siquiera sabemos si conducirá a la deseada normalidad que teníamos meses atrás, los retos que van a tener las empresas son numerosos.

¿Puede ser un momento tan complicado para las empresas una buena ocasión para poner en marcha un proyecto empresarial?

Esto va a depender de lo bien adaptado que se encuentre ese proyecto a los nuevos tiempos, pues incluso en un sector que ha sido de los más afectados, como el turístico, se pueden encontrar inmejorables oportunidades de negocio, por ejemplo, haciendo posibles nuevas maneras de garantizar la seguridad frente a contagios de los turistas.

Para todas esas empresas que ahora necesitan adaptarse a esta nueva situación en la que se reclama más seguridad pueden aparecer otras que les ofrezcan servicios que hagan posible que se alcancen esos objetivos.

Partimos, por lo tanto, de una situación de inestabilidad en la que la aparición de nuevos servicios/productos pueden conseguir una mejor adaptación a este horizonte post-coronavirus.

Planteamientos previos a la puesta en marcha de nuestra empresa

Dependiendo del tipo de actividad que se vaya a desarrollar podrá ser más interesante comenzar como autónomo o dar el paso a la creación de una sociedad.

La creación de una sociedad, comúnmente una sociedad limitada, puede ser casi obligada si vamos a iniciar la actividad junto a otras personas a las que tendremos como socios, o cuando no queremos que ante cualquier incidencia que se presente en la actividad desarrollada tengamos que responder con nuestro patrimonio, tal y como está obligado un autónomo.

En los siguientes artículos vamos a encontrar más información a este respecto:

En esta fase inicial es aconsejable reunir información sobre el sector en el que vamos a trabajar. Tenemos que conocer bien a nuestros competidores, podemos hacer también un estudio de mercado que nos permita conocer por adelantado cuál va a ser la respuesta de nuestros potenciales clientes ante nuestra oferta, tendremos que decidir si vamos a abrir un local y/o trabajaremos a través de Internet… en definitiva, vamos a realizar un trabajo de preparación para tener el máximo control posible, evitando así riesgos que podrían causar un daño que en los comienzos de cualquier proyecto pueden ser más difíciles de superar.

Para más información se puede consultar:

Puede resultar bien complicado para alguien que se inicia en el emprendimiento tener un buen control de su proyecto y seguramente que serán numerosas las dudas que aparecerán en el terreno fiscal, o en el laboral si necesita contratar a trabajadores. En estos casos lo más acertado es contar con una asesoría como Cepresa que pondrá a su disposición profesionales con amplia experiencia y preparación, para asegurarle una más rápida y acertada puesta en marcha de su nueva empresa.

Selección del epígrafe del IAE

Aunque el alta en el Impuesto de Actividades Económicas es obligado tanto para cualquier persona física o jurídica, solo tendrán la obligación de pagarlo quienes facturan anualmente más de 1 millón de euros.

Elegir el epígrafe correcto es importante pues entre los cientos que existen unos pueden hacer referencia a actividades profesionales, otros a actividades empresariales y los hay también para actividades artísticas.

Un pintor que se dedique a dar clases de pintura estaría realizando una actividad profesional, pero si se dedica a vender sus cuadros sería artística, y si decide tener una tienda online donde se dedique a vender material para pintura estaría realizando una actividad empresarial.

Es frecuente también que ningún epígrafe encaje bien en la actividad que se va a desarrollar. En estos casos hay que intentar seleccionar solo uno que englobe todas las actividades que se van a realizar, pero en el caso de que sea necesario seleccionar más de un epígrafe hay que prestarle atención a que tengan los mismos regímenes fiscales en el IVA y en el IRPF.